Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca, ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadies la llamen y aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el pié derecho, o empiecen el año cambiando de escoba

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Las Ilusiones

Felipe Benítez Réyez


Si cada cual saliese una mañana
olvidado de sí, desasistido
de todo su pasado, sin memoria
con un rumbo inconcreto y en los labios
una canción trivial, alegremente
dispuesto a no volver atrás la vista
para que nadie enturbie esa mañana,
diáfana mañana que posee
el inquietante brillo de las tentaciones
que a veces confundimos con la vida,
si saliésemos y de pronto
qué hermosura perfecta, qué alto vuelo
el de nuestro cansado corazón,
tan luminoso ahora ¿olvidaríamos
de veras el dolor que padecimos,
el miedo, la tristeza y la locura
de creernos por siempre destinados
al mal y la desdicha? No sabemos.
¿Una mañana apenas bastaría,
diáfana mañana de verano, para hacernos
pensar que aún es posible proseguir,
vivir, después de todo, IMPUNEMENTE?

0 comentarios:

Publicar un comentario