Felipe Benítez Réyez
Si cada cual saliese una mañana
olvidado de sí, desasistido
de todo su pasado, sin memoria
con un rumbo inconcreto y en los labios
una canción trivial, alegremente
dispuesto a no volver atrás la vista
para que nadie enturbie esa mañana,
diáfana mañana que posee
el inquietante brillo de las tentaciones
que a veces confundimos con la vida,
si saliésemos y de pronto
qué hermosura perfecta, qué alto vuelo
el de nuestro cansado corazón,
tan luminoso ahora ¿olvidaríamos
de veras el dolor que padecimos,
el miedo, la tristeza y la locura
de creernos por siempre destinados
al mal y la desdicha? No sabemos.
¿Una mañana apenas bastaría,
diáfana mañana de verano, para hacernos
pensar que aún es posible proseguir,
vivir, después de todo, IMPUNEMENTE?
El Film Noir: Una (in)definición
Hace 8 años
0 comentarios:
Publicar un comentario