Pues no los tuve, porque mis padres no eran mucho de leer, mi mamá no leía nada, para ser claros, y mi papá solo llegaba a casa con panfletos que le daban en sus reuniones del partido comunista. De los primeros años de mi vida sólo recuerdo haber visto entre las cosas de mis padres - de mi papá, quiero decir - dos libros: un diccionario ilustrado de Cervantes y un libro de marxismo, que no creo que haya sido “El Capital”, lo recordaría entonces. Pero estos libros nos dieron bastante juego a mi hermano y a mí en su momento, aunque antes ya tuve otros contactos con la lectura.
El primer libro que recuerdo haber visto y/o leído fue “A Leer”, el ABC de la escuela de primaria en Cuba en las décadas ’70-‘80, y no era el mío, era el de mi hermano que es dos años mayor que yo y al que a partir de los 5 años obligaron a reducir su horario de juego para dedicarse a la ardua tarea de aprender a leer. Y claro, si te quitan tu compañero favorito de juegos qué puedes hacer? Pues acompañarlo!! Así que con tres años comencé a reconocer aquellos caracteres y sonidos que me fueron tan familiares enseguida. De manera que ya sabía leer cuando comencé el preescolar con 4 años - esto porque nací en enero y pude comenzar antes de cumplir los 5 gracias a la amistad de mi mamá con la directora del colegio (en Ceballos, el pueblo donde nací, todos se conocían).
Así empecé con “MI MAMÁ ME MIMA” y “PAPÁ AUPA A PEPE”, y llegué hasta el trabalenguas de la techadora: “María Chuzena su techo techaba, y un techador que por allí pasaba, pregunta: "María ¿tú techas tu choza o techas la ajena?", no techo mi choza ni techo la ajena, yo techo la choza de María Chuzena.” o aquel que tanto me hicieron repetir: “Erre con erre cigarro, erre con erre barril, rápido corren los carros por la línea del ferrocarril.” Es que aunque no lo crean, hasta después de los 6 años, yo era de las que no sabía pronunciar la RR, así que a mi hermano en vez de Roly le decía Joly, llamaba Jamón a nuestro amigo Ramón…etc. Pero eso ya lo resolví.
0 comentarios:
Publicar un comentario