Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca, ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadies la llamen y aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el pié derecho, o empiecen el año cambiando de escoba

lunes, 2 de noviembre de 2009

Qué suerte he tenido de nacer

Hoy quiero compartir con todos este poema del cantautor argentino Alberto Cortez pues me parece maravilloso leerlo, no solo para los días que uno tiene unas ansias inmensas de enfrentar el mundo, sino también para como hoy, se siente aplastado por él.

Qué suerte he tenido de nacer

Qué suerte he tenido de nacer,

para estrechar la mano de un amigo

y poder asistir como testigo

al milagro de cada amanecer.

Qué suerte he tenido de nacer,

para tener la opción de la balanza,

sopesar la derrota y la esperanza

con la gloria y el miedo de caer.

Qué suerte he tenido de nacer,

para entender que el honesto y el perverso

son dueños por igual del universo

aunque tengan distinto parecer.

Qué suerte he tenido de nacer,

para callar cuando habla el que más sabe,

aprender a escuchar, ésa es la clave,

si se tiene intenciones de saber.

Qué suerte he tenido de nacer,

y lo digo sin falsos triunfalismos,

la victoria total, la de uno mismo,

se concreta en el ser y en el no ser.

Qué suerte he tenido de nacer,

para cantarle a la gente y a la rosa

y al perro y al amor y a cualquier cosa

que pueda el sentimiento recoger.

Qué suerte he tenido de nacer,

para tener acceso a la fortuna

de ser río en lugar de ser laguna,

de ser lluvia en lugar de ver llover.

Qué suerte he tenido de nacer,

para comer a conciencia la manzana,

sin el miedo ancestral a la sotana

ni a la venganza final de Lucifer.

Pero sé, bien que sé…

que algún día también me moriré

Si ahora vivo contento con mi suerte,

sabe Dios qué pensaré cuando mi muerte,

cuál será en la agonía mi balance, no lo sé

nunca estuve en ese trance.

Pero sé, bien que sé...

que en mi viaje final escuchare

el ambiguo tañir de las campanas

saludando mi adiós, y otra mañana

y otra voz, como yo, con otro acento,

cantará a los cuatro vientos...

Qué suerte he tenido de nacer!!!

1 comentarios:

Luna dijo...

Después de unas vacaciones fuera llego y me encuentro con que el mundo está más pesado que de costumbre...eso no me gusta nada, habrá que solucionarlo...?¡*%//!!¿?..déjame pensar...

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