Muchos árboles, tantos, que no descubro el sendero a seguir desde donde estoy. Camino y a cada paso se me abre a la vista el camino que parece haber sido desandado mucho tiempo antes, no sé si por hombres, no sé si por duendes que aún se mantienen entre las hojas que, por esta razón, me da miedo pisar.
Todos son iguales -los árboles-, unos más jóvenes otros ya no tanto, que se alzan majestuosos como aclarando a mis dudas, que llevan allí demasiado tiempo como para no asombrarse de nada, ni siquiera de mi presencia.
No me siento muy bien. Es que no he logrado ver aún a los tantos animales que imaginaba habitando este bosque. Los imagino, casi los siento, pero no los veo. ¿Dónde andarán? ¿Por qué me dejan sola como espectadora de su silencio? Pero no importa, no dejo de imaginar sus ojitos escudriñando cada uno de mis movimientos; después de todo debo estar contenta porque siento que me aceptan, si no fuera así estoy segura que ya me lo habrían hecho saber.
No hay sol, sin embargo se ve todo muy claro, los colores de las hojas bajo mis pies: amarillas, naranja, marrón, ninguna verde; colchones de hojas y ramas. No puedo evitar fijarme también en los diferentes tonos de los hermosos troncos, me gusta la rugosidad y el color de la corteza, el olor a verde, a naturaleza, a silencio, a paz.
Imagen extraida de la URL http://www.frannieto.es/fotos/destinos/pirineos/1708%20Bosque%20Ordesa.jpg
El Film Noir: Una (in)definición
Hace 8 años
1 comentarios:
Buscaba fotos de bosques y llegué aquí...
Tienes un blog chulo.
Publicar un comentario